jueves, 14 de enero de 2016

Espiral ascendente, no consecuente.

Sigo dando vueltas sobre una misma maraña emocional y no consigo salir, ni predecir, ni entender. Lo que quiero ya no es lo que quiera, ni lo que fue va a ser el cúmulo del no ser,
ni estar,
solo parecer.

La vida se ve más simple, si se pudiera parar. Pero no dan esa opción en el bucle del interrogante. Que no es, sino, una afirmación encubierta.

¿Afirmación?
O…
¿Negación?

La búsqueda insaciable del por qué,
en qué momento,
de qué forma tan estúpida,
para qué.

Si yo antes era feliz.

Y supongo que si la respuesta es una evasiva,
solo viene a decir lo que tu mirada llora,
o lo que tus brazos echan en falta,
o lo que tu racionalidad ganó hace mucho.

Quizá esto fue un pulso que no perdiste,
por el simple miedo a perecer.

O quizá sí lo disfrutaste,
pero él no te cogió la mano con la suficiente fuerza como para amarrar a las mariposas que tu cabeza ha sido siempre experta en depurar,
igual que los pájaros,
no como los nudos (en el corazón).

Hoy, igual… NO
Antes te diría que quizá, lo mejor, fuera que esperaras. Hoy te digo que no, que lo mejor es que camines. No te pares. Anda. Siempre que sea hacia lo que a ti te importe. Ese camino es donde tú mismo irás encontrando las respuestas. Por muy duras que sean sus puntos,
y finales.
  
Sin interrogantes. 


1 comentario:

CFM dijo...

Ya se ha añadido su blog al directorio gratuito DirectorioDblogs.
Un saludo.