Cierra la puerta con cuidado, deja que tus pies
vaguen por tu memoria y aparta el polvo de mis recuerdos. Siéntate conmigo. El
sol, que despierta el horizonte, roza tu morena piel.
Dame la mano una vez más, como siempre hiciste. Enséñame
a caminar a tu lado, y así, aprenderé a amar. Despacio, no hay prisa. Para el
tiempo con la mirada, por favor, no dejes que avance. Quiero acunarme en tus
ojos, otro día más. Permite que te acaricie el pelo, siempre lo odiaste; pero
nunca te quejabas. A cambio, bajaré mis dedos por tu espalda, contándote todas
y cada una de mis locuras. Te confesaré mis tormentos. Te soñaré junto a mí. Te
diré como es el vacío, antes de que vuelvas a arroparme en las frías noches,
donde tan solo la oscuridad me rodea.
Pero ahora no. Espera a que me enamore de ti otra
vez, otro día más. Yo esperaré a que tú me abraces. Aprieta tu mejilla contra
mis lágrimas. Despacio, no hay prisa. Susúrrame nuestro camino. Llévame de
viaje a través del tiempo. Guíame por cada uno de mis latidos. Hoy mi corazón
vuelve a golpear tu rostro, una terrible cuenta atrás.
Bésame, por favor. Presiona tus labios contra mis
miedos. Y permite que mi arrugada piel viva cada momento, una segunda vez.
Hazlo despacio, no hay prisa. Recuérdame nuestra primera mirada. Explícame
nuestro primer beso. Inmortaliza nuestras noches bajo la luna. Personifica mis
fantasmas, hazlos realidad.
¿Dónde fueron las marcas del ayer? ¿Dónde están
las caricias que te hacían reír? ¿A dónde marcharon nuestras mudas conversaciones?
¿Todavía están en tus ojos los eternos paseos bajo el sol? ¿Crees que nuestros
sueños se hicieron realidad?
Llévame lejos, muy lejos. Cuéntame cómo fue nuestro
viaje, si de verdad fuimos felices. Sonríeme, antes que el olvido vuelva a devorarme.
Bésame, antes que la oscuridad me consuma. Abrázame, mientras la cordura se
mantenga firme. Antes que mi mente se nuble y mi memoria pierda otra vez nuestro amor
entre los años, que poco a poco me matan. Por favor, una vez más.
Pero quiéreme
despacio, no hay prisa.
Drizzt
Beleren