Día
1: Por fin me he comprado la guitarra acústica por la que tanto
tiempo ahorré dinero. Es azul, con un brillo metálico. El reflejo
que devuelve me envuelve en un aroma especial. Mis solitarios versos
al fin encontrarán la melodía que dé sentido a sus andares. Por
ello, he decidido que comienza mi nueva vida. A partir de hoy vivo en
el Día 1 del 0 D.L (Después de Luna, obviamente, tiene nombre de
mujer). Todo lo anterior escrito en este diario, forma parte del
pasado.
Día
3: Guille: mi amigo, mi hermano del alma, la pequeña luz que
ilumina el sendero de mis demonios cuando ando perdido entre la
desolación. Hoy pasé toda la tarde con él y su eléctrica. Entre
cervezas, arpegios y cannabis, buscamos en los ojos de la vida la
inspiración de su calidez. Me esfuerzo por rimar mis caóticas
pulsaciones, no hay suerte.
Día
11: Gussy, mi vecino de abajo, nos encontró en plena bacanal con
la diosa música. ¿Lo bueno? Decidió unirse. Toca la batería desde
hace un par de años y, al oírnos, no pudo resistir la melodía de
Hamelín. Marca el compás de nuestro camino, el tempo de mis dedos
acariciando las cuerdas, el tic-tac de la vida al pasar.
Día
30: He conocido a alguien genial, se llama Pardo. Lo trajo gussy
porque según dijo le recordaba a mí. Tiene el pelo lago y un bajo
descomunal. Representa lo más bohemio que hay en mí y, como un
rompecabezas, sus palabras ajustan mis locuras, sus dedos dibujan mis
ideas, su lienzo me permite crear. Como yo, poeta de botella,
descubre el olor de los sentimientos; y lo mejor, rima mis versos
inconexos.
Día
45: Hemos compuesto algo todos juntos. Es lo mejor que he visto
en la vida. Parido de mis propias manos, se disuelve entre los
acordes de esta sana locura. Si no fuese porque cantamos tan mal...
Día
66: Coincidencia divina o, quien sabe, el azar, esta fecha no se
borrará nunca del calendario. Salimos de fiesta al bar de la
esquina. Borrachos, competimos a ver quien canta peor, y si se
burlan, sacamos los instrumentos y los dejamos sin aplausos para las
siguientes semanas. Pero, ha aparecido alguien. Es bellísima, y
canta como los ángeles. Nos hemos puesto a hablar, y nuestros ojos
han sentido la chispa del contacto. Primer parte médico: no hay
heridos en la sala. Aunque mi marchito corazón se queja, no le
apetece hacer ejercicio. No puedo dejar de repetir su nombre...
Día
73: Ha pasado una semana y convencí a los chicos para volver al
mismo garito, inventé un par de excusas para volver a verla. Guille,
que no se creyó ni una, me siguió el rollo, es lo que hacen los
hermanos aunque no sean de sangre. Hemos cometido la mayor de las
locuras: Nos vamos de gira juntos. El hermano de Gussy tiene
contactos, no es gran cosa, una gira por pueblecitos y alguna capital
de provincia; todo sea por el amor (¿a la música?).
Día
87: Primeros días bajo la tutela del sol y el cuidado de las
estrellas. La vieja furgo del padre de guille, nuestro hogar; los
colchones y mantas de Pardo, nuestras únicas posesiones (a parte de
los instrumentos, claro está); y su sonrisa, la razón para seguir
adelante. El insomnio recorre mis venas al oscurecer, para ver
brillar su tersa piel bajo el reflejo de Luna. Me ha preguntado por
qué se llama así mi guitarra, ni yo mismo recuerdo ya el porqué.
Tan solo puedo repetir las razones por las que iría al fin del mundo
con ella. Y con mi guitarra, puede.
Día
93: No logro alcanzar el sueño. Lo que empezó siendo un remedio
a las heridas del paso de los días, un parche de colores en nuestra
gris cicatriz, ha terminado por infectar hasta el corazón. No me
gustó desde el principio su cara, ni su sonrisa comprada, así como
su arte. Sus bobadas empacharon su estómago, y se alimentó de
basura comercial. Ahora duerme con él, tras un concerto en orgasmo
menor. Las penas se acumulan en las lágrimas que no me atrevo a
derramar, y la tinta vuelve a sangrar por este debilitado corazón
que ya me advirtió. Ni las drogas, ni el whisky viejo, ni la mirada
comprensiva de Guille consiguen convencerme de que el sol amanecerá
mañana. ¿Esto es por la música o es por ella? ¿Cómo acabará
este sendero de cruces e intersecciones? Tendré que exterminar mis
sentimientos, supongo que será lo más sano... Pero Juan, nunca has
llevado una vida sana.
Drizzt
Beleren