martes, 5 de mayo de 2015

Mal-trato.

Esa delgada línea… Entre tu sonrisa y la mía.

Esa delgada mancha, entre lo que está bien y lo que está mal.

¿Hasta qué punto confiar? ¿Hasta qué punto tu crítica es constructiva o destructiva? ¿En qué momento decir basta si está todo teñido de emociones? ¿Si esto es un fango del que es difícil escapar porque soy yo la que no para de vomitar sentimientos hacia ti que me nublan la mente y la racionalidad?

¿Amor incondicional? Incondicionalmente teñido de frases que rasgan, que raspan… Que hacen ver esto como un amor propio de los poetas románticos pero que, no es más que un montón de mierda enjaulada entre rosas.

Pero, como todo, acaba oliendo.

Y no. Acabas descubriendo que ese "me preocupo por ti" es solo un "me da miedo descubrir mi falta de autoestima". Y, aunque así suene muy abstracto, fue así en su conjunto. Y cualquier relación tirada por un montón de inseguridades, no iba a tener otro efecto rebote que el de generar en mí una inestabilidad de la que aun no me siento recuperada.

Y no quiero exagerar.

No.

Pero esto me hace ver lo fácil que es confiar en alguien y que ese alguien no confíe en sí mismo y necesite robar tu confianza para ser un poco más, para crecer un poco más en sus pocos centímetros de altura moral…

Y no. Es demasiado fácil no darte cuenta de la manipulación, de las preguntas a altas horas de la madrugada con alguna clase de intención vil y comprometedora. Es demasiado fácil creer que es amor cuando solo es posesión. Pura y dura.


Y solo me hace preguntarme si todas las personas que han sufrido algo así… ¿Podremos volver a amar incondicionalmente sin pedir condiciones de por medio? Cómo a ellas les hicieron…

Neko 

No hay comentarios: