martes, 21 de marzo de 2017

Una noche más

Una vez más cojo la botella de ese Whisky escocés que tanto detestaba hasta que mi vida se rompió en mil pedazos y empiezo a beber. Los vasos se me hacen pequeños desde aquel momento mientras las lágrimas recorren mis mejillas una noche más. Sueño que nada de esto ocurrió mientras doy un gran sorbo pero sé que la realidad es que mi vida se ha hundido y no puedo hacer nada para remediarlo.

Odio el sabor de esta dichosa bebida pero es lo único que me hace sentir mejor aunque a la vez me encuentro miserable, perdida y me odio. Quiero huir, perderme entre las entrañas de la noche y olvidar que no me reconozco pero eso no va a ocurrir. 

Como cada noche deseo tener la fuerza de voluntad para volver a ser la misma, volver a ser feliz pero la ira y la desesperación son mis compañeras de viaje desde aquel fatídico momento. La bebida nos acompaña aunque su sabor me repugne y me obligue a vomitar cada madrugada recordando la mierda de vida que tengo desde que todo calló por la borda de mi vida. 

A veces, sin embargo, intento ver las cosas buenas pero mi cerebro solo piensa en la oscuridad miserable y en el placer que siente cuando divaga con la bebida. Soy demasiado débil para luchar contra estos sentimientos y por primera vez desde aquel momento decido que es hora de huir, sin honores como siempre. Hace tiempo que perdí todo mi orgullo así que busco la mejor manera de dejarlo todo atrás. Sin pensarlo dos veces cojo la botella de ese Whisky tan caro mientras rebusco en el cajón de mis medicamentos y bueno, todos sabéis lo que va a pasar, como todo va a terminar...



Sarasvati

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