lunes, 24 de febrero de 2014

Cuerpos de Arena

Las huellas de nuestros pies que ya borraron anoche, sin piedad, las olas, vuelan en la memoria de la nada, en el susurro de un cielo mudo. Los besos robados se pierden entre las manos del presente, que no logra abarcar el desierto de nuestras vidas. Los ojos cerrados desbordan una tragedia anunciada, empapando las manecillas de una vida que avanza demasiado deprisa. Y el corazón, que fríamente dispara a la conciencia, que pide auxilio en el silencio más oscuro de la noche, bombardea migajas de arena que atraviesan, sin retorno, nuestra más insignificante existencia.

Jaula de huesos, prisión vacía de sentido, cárcel de pensamientos y amores, de tristezas y sueños, de vida y de muerte. Como un reloj descuentas los pasos que dimos, y las sonrisas que nacieron se ahogaron en la eternidad, en un mar de polvo y sombras donde nadie existió. Pues nosotros, marionetas del mismo destino, títeres engullidos por nuestros ancestros, caemos en una espiral de locura, en una caída libre donde nuestros pulmones no alcanzan a vislumbrar un atisbo de felicidad; y junto al resto, se van hundiendo en el ayer.

Palabras, que dibujadas en el firmamento ningún dios leerá, que volaron más libres que nuestra alma, que escaparon del dolor, que viven en el tiempo.

Mientras nuestros rostros son presos del día y la noche.
Mientras nuestros cuerpos se consumen como arena de un reloj.


Drizzt Beleren

No hay comentarios: