lunes, 13 de febrero de 2017

Pequeña Halley


Abro los ojos en la oscuridad. El silencio me envuelve. Me levanto lentamente, ese sueño recurrente ha vuelto a despertarme. Dejo atrás el calor de mi cama y me dirijo hacia la terraza. Es una bonita noche de verano. Me siento en la penumbra, solamente la luna ilumina el contorno del pequeño pueblo. Las estrellas me saludan, yo les sonrió. Las echaba de menos, y por como brillan para mí, ellas a mí también.

Nadie más está despierto. A la luz de un cosmos expectante comienzo mi monólogo, ensayado, una y otra vez. Las estrellas me escucharan como cada noche. Tomo aire y comienzo a relatarles, una vez más, todo aquello que ruge en mi interior.

- Si, he vuelto a tener ese sueño, ese sueño en el que caigo en la oscuridad. Lo sé, parece común. Sin embargo, tardo en despertar, no es instantáneo. Caigo y caigo, no puedo frenar. Cuando por fin paro de caer me veo a mi misma con diez años. La mirada de esa niña es de decepción. Esa mirada tan profunda y triste duele. Caigo de rodillas y comienzo a llorar desesperadamente. Mi yo infantil se acerca a mí y me abraza. Me susurra que todo va ir bien, que de peores hemos salido. Que solo esta triste porque cree que me estoy rindiendo. Yo, le pregunto que si no le repugna la persona que somos ahora, ella niega, somos una gran persona, me dice. Solo tenemos una pésima suerte. No podemos rendirnos, no ahora, casi hemos logrado nuestro sueño. La pequeña Halley desaparece, vuelvo a caer en la oscuridad. Y entonces es cuando despierto. Todas las noches son iguales.

Se hace el silencio a mí alrededor, solo se escucha el eco lejano de mis palabras. Cada noche les cuento lo mismo a las estrellas, cada noche ellas callan. Sigo esperando una respuesta. Me siento en el suelo con las piernas cruzadas. Una estrella fugaz cruza el cielo y entonces lo entiendo, o creo entenderlo. Ella es quien me habla, ¿que quien es ella? Pues mi conciencia, está claro. Esa vocecita interior que esta para algo más que decirnos que está bien y que está mal. Sé que no debo rendirme, que debo seguir hacia adelante, que la vida no es lo que nos habían contado. Que ella es más dura de lo que parece y más cuando la suerte no te quiere ver ni en pintura…

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