domingo, 18 de mayo de 2014

¿Existe el azar?

Sacó un doble 6. Estaba en racha. Recogió los dados y se preparó para volver a tirar.
Alicia caminaba en la oscuridad. Su paso era nervioso y lleno de dudas. Desconfiaba.
Daniel, en un descuido, dejó caer la rebanada de pan que acababa de untar. La diferencia de peso hizo el resto y ahora tendría que limpiar el suelo. Dio un golpe a la mesa.
Nicolás no sabía si hacerlo. Era un gran amigo y la situación sería difícil de mantener. Sin embargo le apetecía, así que seguramente se dejaría llevar.
María estaba frente al ordenador cuando un anuncio invadió su pantalla de manera repentina. "ERES EL VISITANTE UN MILLÓN" rezaba, pero no llegó a leerlo bien, ya que le había hecho click sin querer.
Un pequeño gato estaba en mitad de la carretera, asustado y encorvado. Mientras, el cuerpo sin vida de Alberto se desangraba en el asfalto.
Valentina llevaba la mitad de las bolsas. La otra mitad las llevaba su esposo. Hacían todo juntos y eran uno parte del otro. Costaba recordar que hubo un tiempo que no era así.
Le enseñó los resultados del médico a su hija, alegre. No era más que un quiste benigno. Había llorado una tontería.
Juan y Carlos se habían conocido hace una semana, pero ya estaban seguros de que eran almas gemelas, pues es lo que sentían. Se miraban con amor.
Con la vibración se cayó también el tarro al suelo y se hizo añicos. Ahora tendría que limpiar mucho más.
Se acercó un extraño y le preguntó la hora. Alicia le miró con asco y se alejó. Eran las tres de la tarde.
María pensó que no había nadie en casa y se acercó al baño sólo con una toalla en la mano. Su padrastro se tapó los ojos y ella se murió de vergüenza. No literalmente.
Alberto estaba contento, había conseguido aparcar y en buen sitio. Siempre tenía que estar luchando con los demás para poder aparcar. "Que se jodan hoy" pensó.
Esperó a que su hija se fuera y llamó a Nicolás. Hoy no podía quedar, mañana sí. Pero mañana su marido libraba.
Carlos ya no sentía lo mismo, Juan sí. Se alargó un tiempo la relación e hizo daño a los dos. Ahora Juan sufre mientras Carlos lo olvida, a veces sin intención.
Valentina no estaba segura, con su anterior novio había ido mal y el chico que ahora le rondaba no le atraía mucho.  Sin embargo era bastante majo. Pero... ¿qué pensaría su familia?
Nicolás preguntó a otra persona y esta le contestó. Había quedado hace una hora con Alberto y no aparecía, ¿no se habría enterado?
Los dados miraban al infinito fijamente. Había perdido lo ganado, y quizá un poco más.


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