Volvió
la luna a ascender a lo más alto. Una vez más, el mar de oscuridad que ahora
cubre el cielo estranguló al sol hasta que su último aliento manchó de
estrellas esta bendita paz. Cuando los susurros del firmamento adormecen las
almas de los mortales, nuestro corazón empieza a latir.
Somos
las sombras de las que se alimentan tus miedos, los portavoces de la desesperación
sembrada en tus ojos. Somos la más bella de las bestias deformes que fue
expulsada del mismo infierno, y ahora vagamos por las noches tras la cara
oculta de la luna. Seres sin alma, una abominación para la realidad.
Parias de nuestro propio inframundo paseando por dentro de ti. Nos alimentamos de tus
recuerdos, de tus esperanzas; nos alimentamos de tus sueños. Somos el eterno
silencio del terror que recorre tu espalda. Quimeras malditas que huyen de la
luz de Morfeo para envolver tu vida en el tormento.
Desearás
no ver la luz morir, llorarás desesperado ante el ocaso y rezarás para no
dormir nunca jamás.
Drizzt
Beleren
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