viernes, 5 de diciembre de 2014

Caliente

Una noche más vuelvo a sentir ese irrefrenable estímulo. Deseo sentir el sudor de un cuerpo mojado sobre el mío. Busco una mujer en la discoteca, como cada noche. Hoy me apetece una rubia con dos buenas tetas.

Sé que acabaré consiguiendo ese polvo que tanto necesito, desde hace años ya no me consuelo solo, ya no soy un crío. No tardo en conocer a una chica que para mi gusto, está de muy buen ver. Le invito a una copa y sin rodeos le invito a follar. Casi siempre funciona, creo que es porque huelen mis feromonas y eso las pone cachondas.

Ella se intenta hacer la dura pero veo en sus ojos sus deseos de que la empotre contra la pared. Hoy compartiremos algo más que una copa. La cojo de la mano y se la pongo en mi miembro, quiero que note que estoy cachondo. No se inmuta y me encanta. Con su mano todavía en mi miembro me acerco a su oído y le digo que tendrá la mejor noche de sexo de toda su vida; ¡qué le voy a hacer, se me da genial y me encanta!

Se hace la tímida pero en realidad quiere formar parte de esta fantasía. Pongo mi mano sobre su vestido, está cachonda, lo noto. Es el momento. Bebo un sorbo de mi copa, agarro su mano y la saco de la pista. Hoy follaré en el baño. Solo de pensarlo ya deseo correrme.

Allí ni me molesto en desvestirla. Solo quiero follármela y disfrutar. La agarro del culo y la monto sobre mi, va a ser rápido. El tiempo se detiene mientras gimo de placer y de pronto llega el clímax, lo mejor de cada noche.


Sarasvati
























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