sábado, 13 de diciembre de 2014

Resistir


Una vez más cruzo la puerta de tus entrañas. Deseo conocerte mejor pero no me estás dejando, eres insaciable, pura. Tus labios nunca quieren rozar los míos y tus manos solo te sirven para señalarme con desprecio.

Reproches, eso es todo lo que hay para mi. Te odio y te quiero a la vez. Deseo empotrarte contra la pared pero también matarte lentamente. Eres tú, mi droga y mi antídoto, mi razón de ser. Me matas y me das vida, tú, la reina de mi alma, el demonio de mi corazón.

Te quiero mucho pero te odio más. No entiendo nada, deseo formar parte de tu alma, unirme a ti como si fuésemos un cuerpo inerte, frío, perfecto. No me dejas, eres mala, la más mala y me encanta. Deseo verte cada noche antes de dormir pero imaginarte en la cama me produce pánico, miedo, desolación.

Deseo quererte u odiarte, una de las dos. Quiero aclararme pero cuanto más te veo más te quiero y te odio. Eres una musa con veneno que me mata poco a poco, desde dentro.

Me hierve la sangre cuando pienso en ti. Quiero decidirme: ¿quererte u odiarte? Esa es la decisión más difícil de toda mi vida pero no soy capaz de hacerlo. Me odio a mi mismo por esto. Eres toda mi vida pero también eres la que más daño me hace. No puedo elegir…

Te odio y lo haré siempre.

Te quiero y lo haré siempre.

Sarasvati


No hay comentarios: