Una vez más cruzo la puerta de tus
entrañas. Deseo conocerte mejor pero no me estás dejando, eres insaciable,
pura. Tus labios nunca quieren rozar los míos y tus manos solo te sirven para
señalarme con desprecio.
Reproches, eso es todo lo que hay para
mi. Te odio y te quiero a la vez. Deseo empotrarte contra la pared pero también
matarte lentamente. Eres tú, mi droga y mi antídoto, mi razón de ser. Me matas
y me das vida, tú, la reina de mi alma, el demonio de mi corazón.
Te quiero mucho pero te odio más. No
entiendo nada, deseo formar parte de tu alma, unirme a ti como si fuésemos un
cuerpo inerte, frío, perfecto. No me dejas, eres mala, la más mala y me
encanta. Deseo verte cada noche antes de dormir pero imaginarte en la cama me
produce pánico, miedo, desolación.
Deseo quererte u odiarte, una de las
dos. Quiero aclararme pero cuanto más te veo más te quiero y te odio. Eres una
musa con veneno que me mata poco a poco, desde dentro.
Me hierve la sangre cuando pienso en
ti. Quiero decidirme: ¿quererte u odiarte? Esa es la decisión más difícil de
toda mi vida pero no soy capaz de hacerlo. Me odio a mi mismo por esto. Eres
toda mi vida pero también eres la que más daño me hace. No puedo elegir…
Te odio y lo haré siempre.
Te quiero y lo haré siempre.
Sarasvati
No hay comentarios:
Publicar un comentario