miércoles, 3 de diciembre de 2014

Quédate

La botella ya está vacía y aún le quedan muchas horas a la noche. Tú todavía no me conoces lo suficiente pero ya sospechas que en mí hay algo raro... diferente. Lo cierto es que yo estoy hecha al revés. En mí no hay un ápice de coherencia. Pero eso no te importa porque pone la velada más interesante. Pasa el tiempo y tú sigues sin apagar esa chispa en tus ojos. Sé muy bien que estamos hechos de un material explosivo, demasiado peligroso para estar juntos por mucho tiempo en el mismo sitio. Tengo la sensación de que si te toco saldremos volando por los aires. Creo que es porque estamos acostumbrados a esperar el tortazo pero no la caricia, y cuando esta llega no estamos seguros de si es real o no.


Miro al reloj, mi peor enemigo. Ojalá que por arte de magia se parara en este mismo momento. Este en el que estoy desconcertada e intrigada a la vez de lo que estoy conociendo. Supongo que el corazón es como un chiquillo avaricioso que quiere lo que quiere sin atender a lógicas de adultos. Él mío está demasiado a gusto en este nuevo juego y no tiene intención de echarse pronto a dormir. Pero ya se está haciendo la hora y aunque no nos habíamos dado cuenta es muy tarde. Así que te lo digo, sin pensar ni un solo segundo en las consecuencias: “Quédate”. Ni te estoy pidiendo matrimonio ni te voy a atar a la pata de la cama. Solo quiero seguir disfrutando de ti, por lo que mantengo la esperanza de que, finalmente, te quedes. Una sonrisa se asoma por tu rostro y, a pesar de que intentas contenerla, sale sin que puedas controlarlo. Entonces sé que no importa tu respuesta, porque decidas lo que decidas no quieres irte. De todos modos, un beso es la mejor respuesta de todas.

Alicia Salazar

No hay comentarios: