martes, 28 de abril de 2015

Paranoid.

Las noches encadenadas entre muchas,
visiones.
De algo sobre lo que no sabes si sí o si no. Si en algún momento ha sido cierto o si los demás son los que saben y tú eres una estúpida malnacida.

Drogarte y acallar esas ideas, aunque solo sea por unas pocas horas.
Alivio.

Correr. Huir de esto y no saber en qué cama acabas, pero saber que acabas
corriéndote. 

Y no saber frenar, que la vida te frene a base de golpes, de ingresos, de encerronas contra tu propia mente, 
sin avisar,
sin permitir que esto sea un alivio. Solo generando más dudas y más confrontaciones contra esas personas que te ponen etiquetas pero no se preguntan quién eras tú y quién querrías ser. 

Personas que solo se enfrentan a tus voces,
que tú crees que existen, 
pero que igual no.

Mientras, tu existencia pasa desapercibida e incluso ignorada entre otras personas que no son como tú, pero sí. Esas personas que crees que forman parte de un complot con sentido para ti, aunque a veces no te salgan las palabras, aunque las drogas te acallen durante horas. 

Y acabas dudando de tus convicciones, esas que forman parte de ti, que son tú. 
Y acabas dudando de tu vida, 
y de todo lo que has soñado, 
sentido,
visto,
oído,
o incluso comprendido. 

Y así, luchas contra tu mente. 
Y luego te ves dándote la vuelta y confrontando con toda esa gente de blanco, de verde o de azul pero, 
sin saber lo más importante en esta cuestión,

¿Quién eres tú? 

¿Una loca paranoide o una persona más en este mundo?

Cualquier persona en su sano juicio sabría que son compatibles, que no hay incongruencia.
Pero en este mundo, todos sabemos que los cuerdos no abundan. 

Neko

No hay comentarios: