miércoles, 22 de abril de 2015

Sin gravedad

DIEZ. En lo que a relaciones se refiere, todos tenemos miedo de que el siguiente paso que demos acabe en la baldosa equivocada. Miedo a que entonces nos salpiquen todas las dudas que escondemos debajo de la piel cuando todavía solo estamos en periodo de prueba.
NUEVE ¿Pero qué sucede cuando descubrimos lo que hay en la cabeza del otro? ¿Qué pasa cuando se revela lo que hay en la tuya? Y aún peor... ¿A qué nos enfrentamos cuando ambos nos encontramos con la verdad a la mitad porque solo nos atrevemos a decir las cosas a medias? Siempre con ese miedo en el cuerpo cuando nos controlan los sentimientos y no la razón.
OCHO. Supongo que echarnos las culpas el uno al otro por no haber sido más valientes no sirve de nada. Sí, deberíamos haber tenido el coraje de mirarnos a los ojos y dejar mostrar lo que hay en nuestro corazón a pesar del riesgo de ser dañados ¿Pero qué más da? Iba a doler de todos modos.
SIETE. Odiaba cuanto utilizabas la palabra amor no solo porque no soportara las pasteladas, sino porque me irritaba escucharla salir de tu boca con tanta facilidad cuando ni siquiera tenías claro lo que sentías.
SEIS. Las demás siempre me decían que era frío, que era difícil de entender, que tenían que tener cuidado con lo que decían porque nunca acertaban conmigo. Pero contigo fue tan sencillo, me no tenía que esforzarme demasiado, juntos éramos nosotros mismos... Y eso me asustaba pero creo que a ti te aterró.
CINCO. Me costó reunir todos los pedazos cuando rompiste mi corazón y ahora que mantenemos una relación de cordialidad, tengo la sensación de que esto empieza a ser un “ni contigo ni sin ti”.
CUATRO ¿Sabes esa sensación de vacío? No sé si lo sabes pero eso es lo que dejaste dentro de mí.
TRES. Fuiste tan correcta, tan considerada... y te fuiste tan dolida, tan insegura de ti misma. Lo que más me duele es no poder enfadarme contigo y al mismo tiempo no poder ni oír tu nombre.
DOS. Me escapo a donde las estrellas te observan cada noche. El tiempo lo dirá todo.
UNO. No me busques en una temporada, tengo demasiadas cosas que achacarte por ahora.
CERO. Despegamos. Adiós, querida.

Veo como el mundo nos despide conforme vamos ascendiendo y las personas se hacen hormigas bajo nuestros pies. Traspasamos el muro de nubes y atravesamos el cielo. Nada mejor que una misión de la NASA para aferrarme a mi propia protección, para estar conmigo mismo y reunir la tranquilidad y la claridad que ahora no tengo. Como decía el abuelo Parker: “Si eres un chico mayor demuéstralo, los grandes no lloran”. Demasiado rudo a veces, pero nunca, en ninguna de mis duras pruebas hasta aquí, me dejó rendirme.


Se estabiliza la nave y, ya sin gravedad dentro de ella, nos desabrochamos y flotamos por todo el interior de lo que será nuestra casa en los próximos meses ¿Qué hubiera pasado si hubiera sido totalmente sincero? ¿Habría cambiado algo o sus palabras habrían sido las mismas? ¿Volveré a sentir alguna vez algo así? ¿Habrá otra persona que me llegue a entender en este u otro planeta? ¿Se acordará de mí? ¿Habrá visto el despegue por televisión? ¿Me olvidará rápido? ¿Estará ya con otro? Preguntas y más preguntas.... Quizá sea el momento para dejar flotar todo el resentimiento que le guardo para afrontar tres cosas. En primer lugar que, aunque no me suela pasar a menudo, estoy enamorado. La segunda es que tengo que seguir adelante sin ella, no importa el motivo si se ha marchado. Y la tercera, la reparación de mi alma puesto que es la única que va a estar conmigo siempre sin ninguna duda. El universo esconde ases debajo de la manga aun cuando todo va bien. Puede que porque sea demasiado inmenso y alcance a dejar sorpresas para cada uno de nosotros. Pero si somos capaces de superar todos los obstáculos, sea un meteorito o un corazón roto, estoy convencido de que cada vez será más fácil superarlos.

Alicia Salazar

No hay comentarios: