jueves, 26 de marzo de 2015

Buenos momentos

"Así que... así que crees que puedes distinguir el paraíso del infierno, cielos azules del dolor. ¿Puedes distinguir un verde campo de un frío raíl de acero?, ¿una sonrisa de un cumplido?, ¿crees que lo puedes distinguir?

¿Consiguieron cambiar tus héroes por fantasmas?, ¿ardientes cenizas por árboles?, ¿aire caliente por una fresca brisa?, ¿fría comodidad por cambio?, ¿Intercambiaste un rol secundario en la guerra por un papel principal en una jaula?

Cómo desearía, cómo desearía que estuvieras aquí. Sólo somos dos almas perdidas nadando en una pecera, año tras año. Corriendo sobre el mismo viejo suelo. ¿Y qué hemos encontrado? Los mismos viejos miedos. Ojala estuvieras aquí."




Dicen que los buenos momentos no los reconocemos cuando pasan. Que es después, al recordar, cuando los valoramos. Dicen.

Ojalá estuvieras aquí. Ojalá todo hubiera sido diferente. Ojalá no te hubieras apartado de nosotros al final, ojalá. Quizá hubieran sido buenos momentos. O quizá sólo un poco mejores. Me conformaría con eso.

Yo sigo igual. Todo va cambiando para acabar siendo lo mismo. Pero sin ti. Alegrías y penas, que se suceden mientras el tiempo las diluye para que pasen mejor. La compañía también ayuda. Amigos, familia y demás. Tú también ayudabas. Ojalá estuvieras aquí.

A veces me pregunto si tendré razón. Si estarás vagando en la inmensa nada. O si por alguna anomalía fantástica estás en algún lugar mejor. Ojalá. Pero estarías mejor aquí. Andando con nosotros. Riendo. Como en los buenos momentos.

Si no hubieses seguido ese maldito camino, ¿como sería? Quizá fuera todo igual. Quizá hiciéramos lo mismo de siempre. Tú no elegiste esa travesía, aunque eligieras cómo atravesarla. Ojalá hubiera llevado a otro lugar. Cerca de nosotros, ojalá.


M E L O

No hay comentarios: