lunes, 30 de marzo de 2015

7 Pecados – Parte I: El Veredicto del Pastor

¿Qué es lo que gritan tus ojos negros con tanta insistencia, justo ahora que vas a morir? ¿Por qué la clemencia se hace tan cobarde conforme se gasta la sangre que corría por tus venas y, que ahora, baña mis pisadas? Dile a tus latidos que se callen y dejen dormir a mi corazón en paz, esta noche los ángeles cantarán plegarias en nombre de tu alma, para que al fin seas libre.

Mis manos acarician tu fino cuello, golpeando con mis pulgares el bombardeo de tu cuello. La ira lleva a la codicia y, con ella, la asfixia se convierte en un prolongado ritual de fetiches, en el que inhalo con ansia cada uno de estos últimos instantes. Fuiste la belleza de la lujuria para mí. Yo, que era el cordero preferido del señor. Ahora, puedo oírle susurrando y guiándome por el sendero correcto, pidiéndome fresca tu carne antes de que mi locura me aparte de sus brazos. La gula del señor es insaciable, siempre pide más.
En ocasiones lo envidio, en ocasiones lo amo. Mis hábitos cubren todos los miedos que delante de ti puedo llegar a sentir. Él me hace fuerte ante el demonio, que se esconde en cada rincón; siempre acechando desde donde la mirada no alcanza. Su ley en inapelable, dándonos poder a los jueces de este mundo terrenal. Por ello, mientras mis ojos se despiden de tus pechos por vez última, negados a los goces de la vida terrenal por mi orgullo, te irás sufriendo; única forma de encontrar el perdón tras tus pecados.

Así es como mis dedos vuelven a insistir en tu garganta. Se tornó violeta el carmesí y la pereza eyaculó en litros de placer. ¡Oh, señor! He de confesar que disfruté siendo su perro, llevando a la oveja descarriada hacia el pastor, mi pastor. Tus ojos se abrieron, antes de tomar lo que sería tu última bocanada. De pronto un temor recorrió mi espina dorsal y una imagen llegó a mi cerebro, fue aquel instante de hace cinco años donde todo había comenzado a cambiar…


…En el fondo deseé que nunca hubiera sucedido, en el fondo deseé no existir.



Drizzt Beleren

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