domingo, 22 de marzo de 2015

Cada noche

El calor me apretaba cada noche a la misma hora. El sudor frío que recorría mi cuerpo me hacía despertar cada noche, en el mismo instante como si fuese mi último aliento. Ensimismado perdía el conocimiento siempre tras ese sueño infernal que me amargaba cada día. Deseaba morir pero nunca sucedía.

Me sentía sucio, insolente, atrapado en mis malditos recuerdos. Una historia amarga que resultaba ser la pura realidad de mis últimos momentos, un recordatorio de lo que me esperaba en el más allá.

Ya nadie me recordaba, nadie daba un duro por mí. Había desaparecido como lo hace la nieve con los primeros síntomas de la primavera. Estaba solo, perdido y como cada noche ese sudor frío me revelaba la realidad de mi vida. Lo único cierto aquí era que todo estaba a punto de acabar.

Algunas noches sentía miedo de perderme entre las pesadillas de ese sueño, de que todo acabase. Debía llegar mi último aliento pero el miedo invadía mis entrañas cada vez que mi corazón paraba.

Cada noche antes de dormir deseaba no despertar de ese sueño que tanto me trastornaba... Cada noche antes de dormir anhelaba por fin que mis pesadillas terminasen con un último suspiro para dejar de sentir, por fin, esos sudores fríos que tan solo me recordaban que una noche más el miedo iba a aterrorizarme. 

Sarasvati

No hay comentarios: