sábado, 22 de marzo de 2014

Clara

Clara es una chica que nunca ha tenido amigos. Desde niña se le hizo difícil relacionarse con la gente de su edad porque nada le hacía feliz. Con el paso de los años empezó a cerrarse más en sí misma y ni siquiera se preocupaba por tener a alguien cerca.

Cuando los primeros signos de su pubertad empezaron a verse se dio cuenta de que la soledad, aquella que le había encantado durante toda su vida, empezaba a hacérsele grande. Pero, para entonces, ya era demasiado tarde.

Quienes la conocían, aunque solo fuera de vista, coincidían en que Clara era un bicho raro, una persona que no quería molestar ni ser molestada. Aunque lo intentó varias veces, nunca recibió nada más que simples respuestas a sus saludos. Para aquellos que Clara ignoró durante años ya no era momento para iniciar una amistad.

Poco a poco Clara entendió que, gracias al comportamiento que tuvo durante años, ya no sería aceptada por sus compañeros. Como si se tratase de una sombra que persigue al atormentado, Clara empezó a sentir que no relacionarse con nadie le quedaba grande. Quería, deseaba,  salir y hablar con alguien que no fuese ella misma.

Los meses pasaron y Clara seguía igual hasta que, un día, pensó que quizás podría empezar de cero con alguien. ¿Dónde? Se preguntó mil veces hasta que por fin se le ocurrió la que para ella fue la mejor idea: Internet.


Creó un perfil en un chat y en cuestión de minutos ya le habían saludado varias personas. De todos aquellos con los que habló el primer día dos siguieron hablando durante meses  y años con Clara. Dos personas que, en el momento de conocerlas, Clara no imaginó que acabarían por ser imprescindibles en su vida. 

Sarasvati

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