sábado, 8 de marzo de 2014

Te perdí, princesa

La echo de menos. Se fue y los dos sabemos que no volverá jamás. Dijo que le hice daño, que no podía más y ahora es feliz. Fui yo quien la dejó ir pensando que ella no era el pilar de mi vida. Ahora, entre las sábanas de mi cama con mi mp4 a todo volumen, estoy seguro de que no debí hacerlo. Ella, mi princesa, fue y será siempre mi razón de vivir. Me quiero morir.

Suena nuestro grupo favorito como cuando ponía los altavoces a tope y hacíamos el amor bajo las sábanas de la cama. La necesito aquí y ahora.

Mis sentidos no responden a los estímulos, siento que estoy perdido, mis mañanas son oscuras y mis noches, infiernos. A veces la llamo pero nunca se pone al teléfono. Entonces desearía poder volver atrás, tan solo unos meses cuando ella me advirtió diciendo que se iría si yo seguía así. En ese momento no la escuché y cuatro meses más tarde hizo las maletas y sin despedirse se marchó. Nunca la seguí, pensé que volvería, que era un simple cabreo… Jamás volvió y nunca me llamó. Tampoco se pone al teléfono.

Siento que mi mundo se hunde, que mi vida se derrumba entre la mierda que me hizo perderla y que ojalá ella no esté con otro capullo como yo. Reflexiono. Quiero recuperarla, ser mejor para ella y amarla. Vuelvo a reflexionar… Me doy cuenta de que sigo siendo el mismo gilipollas de siempre, se marchó porque yo nunca pensaba en ella y ahora solo deseo que vuelva para poder ser feliz. ¿Por qué? Ella ya lo es, yo no la haré más feliz, soy el mismo egoísta de siempre. Me da igual, pienso. Quiero que vuelva a ser mi princesa.

Decido llamarla por última vez mientras suena su canción preferida. Otra vez no quiere ponerse, la angustia me invade el alma y rompo a llorar. Alguien cuelga pero llama al instante, es ella, grita, reprocha y pide que nunca más la vuelva a molestar. Sollozando como un niño al que le han quitado su juguete favorito me despido con un “hasta nunca”, cuelga…

Y entonces es cuando, escuchando a nuestro grupo de música favorito, aquel con el que soñé morir…

…empieza el cuchillo a rozar mis venas.  

                                                                                                                            Sarasvati

No hay comentarios: