lunes, 28 de abril de 2014

Explícito

La respiración acelerada, la mirada encendida. Calor en el cuerpo que agobia y no deja pensar. Sus ojos se buscan, intensos, en cada inhalación y exhalación, haciendo rebosar la tensión entre los dos. Los besos, alocados y suaves a la vez; los labios, la saliva y sus lenguas se acarician y se mezclan en un baile infinito y desenfrenado que busca el éxtasis y no lo llega a encontrar.
Se olvida el mundo. Sólo existen ellos, las ganas y el placer que se quieren dar. Las caricias se vuelven más húmedas conforme el frenesí lo apremia y ellos, ellos no lo quieren parar.
Comienza a desnudarle, los mordiscos y besos en la carne recién descubierta mantienen la lujuria en algo tan natural. Descubre sus pechos, hermosos y generosos en sensualidad. Los cubre de saliva mientras una mano le baja las bragas y la otra le acaricia de manera viva los húmedos labios de abajo, que parecen esperar las caricias, y se estremecen cuando el placer no se puede controlar.
Ella, nota sus fuertes brazos, que mezclando pasión y delicadeza hacen que no se pueda dominar. Se gira y le tumba, le quita la camiseta, y bajando poco a poco los besos y mordiscos por las zonas más sensibles llega al pantalón, y lo desabrocha sin más.
Le agarra el miembro, ya erecto y en posición desafiante, nota su dureza y se lo lleva a los labios, mezclándose los fluidos mientras empieza a libar. Pasa la lengua por el glande y la zona del orificio, lentamente, haciendo caricias que a él le hacen jadear. Rodea el glande con sus labios y baja y sube, y vuelve a bajar. Cada vez acelerando y succionando un poco más. él le agarra el pelo, sin hacer daño, y le acaricia con fuerza contenida, esa que no puede todavía soltar. Cuando el arrebato se hace imposible de impedir la levanta con los brazos por las piernas, se la sube a los hombros y deja soltar su lengua entre sus labios, fuera y dentro, y usando los labios para acompañar. El clítoris se pone duro cuando insiste con la lengua y los gemidos de ella se hacen notar. Todo está a punto y ellos, ellos no lo quieren parar.
Ella baja sus piernas hasta las suyas con su ayuda. Ella apreta sus piernas en su culo, y apenas tiene que dirigir su polla hacia su coño, y ya empieza a entrar sin más. Ella nota como le penetra suavemente mientras palpita, rozando en las paredes y dándole placer, él nota el calor húmedo de su interior rodeando su virilidad. Así y allí, ella encima de él comienzan el movimiento sinuoso que se acelerará y se acelerará. Al principio silencioso, luego cada vez más ruidoso hasta que el sonido es insultantemente audible, mostrando soezmente como se follan con tantas ganas que les sobran y les desborda en aquella locura hecha diversión.
Ella bota encima de él, que le ayuda en el movimiento mientras le sostiene con vigor. Sus pechos, botan en un movimiento armónico, con los pezones desafiando al cielo y él desearía tener otra mano para poderlos acariciar.
Cuándo el éxtasis es tal que a él le cuesta concentrarse en algo más se dejan caer hacia atrás y él se tumba, sin darle tiempo a parar. Ella comienza a hacer movimientos hacia adelante y atrás mientras él agarra lo que puede y pone cara de que no va a poder aguantar mucho más. Ella acelera y acelera, notando como poco a poco le gusta más.
El éxtasis, ansiado y buscado, no tarda en llegar. Él se corre y se corre a espasmos dentro de ella, que no para pese a chorrear y chorrear. Se alarga el éxtasis unos momentos en los que nadie quiere que se vaya a acabar.
Ella se tumba encima de él. Él todavía dentro de ella, ¿dónde más cómodo va a estar?. Ella nota como todavía palpita dentro de ella y él todavía no lo quiere sacar.
Se miran sonriendo y satisfechos. La mirada todavía es pícara y no se dejan de desear. No tienen prisa ni nada que les impida volver a empezar. Vuelven las caricias y los besos y ellos, ellos no lo quieren parar.

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