Podría escribir mil y una historias
que han ido sangrando mis esperanzas este último año. Soy una ilusionista de
palabras, una soñadora de versos en manos ajenas y me encanta. Pero me mata
también.
La autodestrucción a través de mis
propias fantasías no está siendo el mejor camino, pero no me conozco otro
sendero. Perder el orgullo conforme gano grados de alcohol y acabar
suspirándote todo lo que esa noche no me dejaste decirte se ha convertido en
una mala costumbre.
Mi vida está siendo una colección de
fracasos estúpidos… Pero he de admitir que mi introspección y racionalidad
están actuando bien y ahora sé que lo que en verdad he sufrido solo ha sido
encaprichamiento estúpido. He querido jugar en ligas que no me interesaban,
solo por tener la mente ocupada en estos días, solo porque pensaba que la
llegada de la primavera no me pondría tierna pero me ha acabado poniendo incluso
melancólica.
Igual era cierto y tus brazos estaban
excesivamente cerca de mis emociones y pensamientos. Quizá resquebrajaron esto
en tantos añicos que aun no me he recuperado. Quizá toqué la felicidad con
tanto deseo que esta se convirtió en polvo. Ahora me dedico a recoger granito a
granito, buscando entre esos resquicios el beneficio de la duda.
O quizá es solo mi ego, que quiere a
alguien tan alto que pueda llegar a amar mi amor propio y generarme deseos
altruistas, ajenos, cuando sabe perfectamente de mi egoísmo innato.
O quizá es que LA persona no está, no
existe o no me conoce. O me conoce pero no sabe quién soy yo.
Teorías muchas pero sensaciones pocas.
Admito que es una calma no generar más ajetreo en este pobre corazón. Admito
que me da paz. Un poco de rabia también pero, por ahora, no hay prisa.
Me conformo con acorazarme para la
siguiente batalla en cama ajena, sobre un cuerpo frío que me caliente un poco
el alma esta noche aunque mi corazón siga inerte, regenerándose, aprendiendo a
echar de más lo que un día creyó echar de menos.
Neko
No hay comentarios:
Publicar un comentario