martes, 1 de abril de 2014

Teruel.

Llevaba meses diciéndolo, preparándome mentalmente aunque aun no era consciente. Pensé que lo mejor para la primera semana sería ropa que aparentara seriedad y algún que otro vestido para las fiestas que me pensaba pegar.

Llené la maleta de dudas, miedos por lo que dejaba en mi ciudad del viento y por lo que me esperaba al final de la recta mudéjar. Mudéjar... por entonces no sabía muy bien qué era. Ahora lo llevo colgado al cuello y al corazón.

Eran días de incertidumbre y lo que más me preocupaba era perderme en la soledad... En el último momento mi madre, como buena en sus funciones racionales, me recordó que iba a la universidad y que algún bolígrafo me debería coger.

El viaje fue corto y rápido, lento y largo, lleno de dudas e ilusiones, mentiras y deseos. No llevaba meses preparándome para el viaje sino para la llegada...

La primera noche en lo que sería mi nuevo hogar fue... Duro, ácido y amargo. Fue extraño verme tan sola mientras estaba rodeada de tanta gente, acompañada únicamente de una compañera fugaz hasta le fecha.

Pero esa estrella no se ha esfumado sino que sigue de mi mano. Y no solo ella, sino otro puñado de personas, de compañeros, residentes, amigos, fiesteros, hermanas, confidentes, locas o psicólogas o ambas dos y filósofas también... Y mis nuevas aficiones. Me gusta encontrar rincones nuevos en las descorchadas calles o nuevos colores en el cielo pues Teruel tiene los atardeceres más bonitos que he visto nunca. Y los amaneceres. 

Como bien dice la canción “no es necesario tener principios, lo importante es tener finales”. Y qué voy a decir, la primera sensación que me dio este gran pueblecito no es para nada la impresión que tengo hoy. Mi segundo hogar, mi primera vivienda propia... Mi enfrentarme a mí misma...

Comenzó todo gracias a un viaje tonto, unas dos horillas de nada que me cambiaron la vida. Y los pensamientos, juicios, vivencias, metas y sensaciones. Y tus miradas y las de ellos, y mis visiones.... Todo. Todo empieza siempre gracias a un viaje, sea en tranvía, tren, avión o a pie.
Así que, comienza a andar, aprende a ir en bici o coge las mejores ofertas de Ryanair pero VIAJA. No te excuses. Muévete y cambia, evoluciona y aprende. Enfréntate contra otros o contra ti. Pero aprende de todo lo que te rodea. No sabes lo que hay a la vuelta de la siguiente recta. MUÉVETE.

 Neko

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