Tú, “siempre”,
adorabas soñar, crear mundos de papel entre noches inventadas donde el calor
del chocolate humeaba tus ideas y te hacía desear nuevas vidas, nuevas metas y
formas de ser feliz sin tu realidad. Buscabas algo paralelo pero solo entre
pensamientos y más ideas, nada productivo ni realista. Nunca luchabas por
ellas, solo imaginabas.
Yo,
"nunca", siempre con los pies en la tierra y con una racionalidad
innata, contigo cambié. Aprendí a sentir, a dejarme llevar e, incluso, hasta a
enamorarme. Pero siempre pensando en el presente, entendiendo que las cosas no
se demuestran con pensamientos, sino con acciones. Mostrando a través de
momentos, caricias, besos o sonrisas los sentimientos. Odiando lo material, el
intento de conseguir cariño a través de regalos físicos que no son más que un
cúmulo de salidas por la tangente impersonales, solo por quedar bien…
Y no, las promesas
nunca fueron conmigo pero, como buena humana que soy, un día acabé dejándome
llevar por tu palabras. Esas que entonabas con tanta delicadeza, midiendo al
micrómetro cada uno de los detalles… Pero, como siempre he pensado, acabaron
rompiéndose. Ni por ti, ni por mí, sino por los dos. Promesas que se
resquebrajaron en noches frías, con granizo de por medio, humedeciendo nuestras
lágrimas y nuestros corazones.
Cuando aprendí a
soñar y a fantasear, fue cuando descubrí que la idealización es la peor de las
medicinas. Irrealismo en vena y con sobredosis de decepción. No podíamos seguir
así pues la incompatibilidad estaba ganando el pulso al sentimiento.
Y, así, confirmé
todas mis teorías. Que lo que vale es vivir el presente, luchar aquí y ahora
por construir un mundo al lado de quien quieras, pero en este momento. No
pensando a largo plazo y quedándote parado por lo que ha ocurrido en tus
anteriores vidas.
Por eso, ahora,
quizá busque otro "nunca" que no me prometa nada, que no quiera
casarse conmigo sino que yo sea su amante, su resquicio de la vida en el que
disfrutar de lo que la monotonía nos impide. Que me diga que lo importante no
es el futuro sino esta noche, entre mis sábanas, entre mis pensamientos y mis
sonrisas, entre mis miedos y mis lágrimas, entre mis teorías y conjeturas.
Entre mí. Pero aquí y no allí en una hipótesis sostenida.
Neko
No hay comentarios:
Publicar un comentario