martes, 25 de noviembre de 2014

Incongruencias.

Nunca entendí tu comportamiento, ni tu mirada. Solo sentí punzadas en el corazón cuando sosteníamos nuestras miradas intentando descifrar qué era lo correcto y qué no. Ahora entiendo que tu forma de ver las cosas se caracterizaba por cierta fantasía e imaginación pero entonces, entonces no podía entender por qué me estabas causando este dolor, estas incongruencias, estas críticas. No entendí ni tu mirada ni tu recelo ni tu forma de inventarte datos de mi vida que no sucederían ni en una película de ciencia ficción.

Si hoy me volviera a encontrar con tu sonrisa, tu risa o tus bromas probablemente no me harían ni pizca de gracia. Deposité en ti una confianza y un apoyo que me hizo perder a otras personas, porque yo apostaba por ti pero tú nunca entendiste el término de la palabra amistad. De hecho, te daban igual los sujetos que danzasen a tu alrededor con tal de que lo hicieran. Que dieran vueltas  alrededor de tus ingeniosidades y tus bromas, robadas a otras poetas.


Nunca sentí mayor traición que cuando me enteré que ibas criticando de mí lo que tu alababas sobre ti. Lo que nunca supiste controlar y yo supe imitar a la perfección…

Neko

No hay comentarios: