Óscar y Mario se conocían desde bebés
y siempre habían sido inseparables. Compartieron juguetes en la guardería, lápices
de colores en el colegio y partidos de fútbol en el instituto.
Siempre estaban juntos, eran como
hermanos hasta que llegó ella, la mujer que les haría felices y desdichados al
mismo tiempo. Marta llegó por casualidad a sus vidas. Era nueva en su clase y se
acercó a ellos. De normal, Óscar y Mario nunca se interesaban por las mujeres
pero ella llamó su atención. No era como las demás, era una chica especial, de
las que no quedaban.
Desde ese día dos se convirtió en
tres. Todo lo que habían compartido Mario
Óscar ahora también lo hacían con Marta. En pocos meses se hicieron
inseparables.
Lo que ellos no sabían era que su amistad
por Marta no era real. Los meses fueron pasando y un verano hizo falta para que
empezasen a sentir cosas por ella. Ninguno decía nada pero los dos querían
compartir su vida con Marta. Ella lo sabía y se sentía rara. Sentía cosas por
los dos pero no podía elegir a uno. Eran sus amigos y la habían aceptado desde
que llegó a la ciudad.
La amistad entre los dos amigos empezó
a resentirse cuando acabó el verano. Ambos se dieron cuenta de que habían
estado quedando por separado con Marta aunque ninguno intentó nada con ella
hasta la primera semana de su último curso en el instituto.
Fue Mario quien dio el primer paso en
una fiesta a la que Óscar no pudo ir. Entre cubata y cubata besó tímidamente a
Marta. El beso duró toda la noche entre caricias y abrazos. En ese momento
Marta se dio cuenta de que estaba enamorada de Mario.
Decidieron llevar su relación en
secreto para que Óscar no se sintiese mal pero no se dieron cuenta que empezaron
a distanciarse del que había sido su mejor amigo. Óscar no entendía nada, solo
sabía que cada vez se veían menos.
Una tarde Óscar se presentó en casa de
Mario, como en los viejos tiempos. Pero cuando llegó allí él no estaba solo. Vio
a Marta y entonces lo entendió todo. Habían estado engañándole durante meses. Óscar
se sintió humillado, estaba enamorado de Marta pero eso no era lo que más le
dolía. Saber que su amistad se había apagado porque ellos no habían tenido la
valentía de decirle que estaban juntos fue lo que más le molestó.
Había pasado mucho tiempo desde que ya
no era lo mismo por eso Óscar decidió que no merecía la pena cabrearse con
ellos. Miro a la cara al que había sido su mejor amigo y sin elevar la voz le
dijo: “Gracias Marcos, tarde pero he entendido que nuestra amistad era una
mentira. Marta y tú os queréis y yo no me hubiera interpuesto entre vosotros
pero me lo habéis ocultado durante meses y no quiero seguir siendo vuestro
amigo.” A continuación cerró la puerta y se fue. Su amistad se había acabado
para siempre.
Sarasvati
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