lunes, 10 de noviembre de 2014

Suspiros en el viento

¿No lo oyes? Es el susurro de las estrellas que, en esta noche sin luna, nos alertan de la miseria que porta el aire. Los ángeles duermen ajenos a nuestros pasos, la lluvia golpea las horas sin lamento alguno y tu mirada es mi única guía en este caos. La tormenta de los sueños arrecia, convirtiendo la brisa de la mañana en huracanes sin vida. Sin embargo, esta psicótica calma abunda en nuestros corazones. ¿Somos los hijos malditos de un destino errante?

El sol no buscaba alumbrarnos sino agrandar nuestras sombras, el tiempo quiso arrugar nuestras almas entre la arena que cubre nuestros pies y la noche tan solo trataba de alimentar nuestras más profundas pesadillas. No fuimos más que espinas de la rosa que nunca vimos germinar, fotos perdidas en el desván de las lágrimas, te quieros olvidados en un saco de rutina.

¿Se olvidó nuestro lucero de iluminarnos el camino? ¿Abandonó la suerte sus fuerzas para continuar? ¿Se perdió entre la maleza la felicidad que nos era debida? Despojados del significado de nuestros días hemos vagado juntos rebuscando las huellas de su aroma. Viajamos siguiendo el trayecto equivocado. ¡Y cuántas fueron las ocasiones que nos abrazamos ante el miedo a la soledad!

No albergamos abrigo bajo el firmamento, no hallamos calidez entre el mar que inunda nuestro cielo. La vida nos decepcionó, pero conseguimos obtener aquello que nunca nos pudieron arrebatar: El amor.



Drizzt Beleren

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