Eran más de la siete cuando escuchó
el timbre. Habían quedado para hacer un trabajo. Entró, se dieron dos besos y
ambas acordaron ponerse manos a la obra antes de que cualquier anécdota de la
noche anterior acabase con la escasa concentración que su resaca les permitía
reunir.
Documentarse nunca había sido su
fuerte. Comenzaron escribiendo el título. Villanos
del cine: posibles influencias históricas. Libros, tesis, artículos… todo
se entremezclaba en una red de datos, teorías y absurdas interpretaciones de
algunas de sus películas favoritas. ¿De verdad existían tantos dobles sentidos?
¿Tantas referencias?
Cuatro horas más tarde, aquello
parecía cobrar forma. Sin duda, quedaba mucho trabajo por hacer, pero no ese
día. Juntas, resolvieron la ecuación con facilidad: qué mejor que una copa de
vino para exterminar cualquier actividad intelectual.
Poco después, se encontraban
brindando.
— ¿Sabes qué? A
la mierda con los villanos. ¡A la mierda con Maquiavelo! ¿Sabes quién son los
verdaderos villanos? Los villanos cotidianos. Son una superliga de gente
encargada de hacernos la vida imposible.
— ¿Ah, sí? ¿Hay
de eso?
— Sí. Mira. Esta
botella es un villano, por acabarse. Y estas dos copas también. ¿Por qué una
tiene que ser de cóctel?
— Vale, vale. ¿Y qué me dices de la
cajera del súper? Era la más lenta del universo.
— Brindemos por todos nuestros villanos
del día a día. Por la esquina de la mesa, que me destroza el meñique cuando me
levanto a por agua. ¡Por todas esas chicas que me cruzo y van perfectas a las
ocho de la mañana!
— ¡Y por los que me dan conversación en
el transporte público! ¡Por el vecino que sostiene la puerta cuando todavía
estás muy lejos! ¿Qué les habremos hecho?
— ¡Por los mosquitos, los pelos en la
ducha y los que te destrozan el final de una película y se hacen llamar amigos!
— Chin, chin por todos los que andan lento por la calle. Y por el
profesor que decide que la Navidad es la mejor época para hacer quinientos
trabajos y preparar tres exámenes.
— Y por nosotras, que cotilleamos el
Facebook de nuestro ex.
— Que decidimos ponernos a dieta en
verano.
— Somos nuestros villanos favoritos.
— Deberíamos ponernos en la bibliografía.
Djalí
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