A él le gustaba el rap y el Whisky,
las noches largas en la calle y disfrutar de cada segundo. Era despreocupado e
inteligente y nunca se mostraba débil, ni siquiera en los peores momentos. No
le gustaba el fútbol ni ningún deporte en general y siempre, siempre estaba
dispuesto a ayudar. No era rencoroso y sabía perdonar. Era él.
A ella le gustaba el rock y el vodka,
pasar tiempo en casa y soñar con el futuro. Siempre pensaba en todo, unas diez
mil veces. Era dura casi siempre, hasta que le hacían daño. Le encantaba el
teatro y caminar bajo la lluvia. Era buena con la gente pero muy rencorosa. Era
ella.
Eran diferentes y su vida juntos
estaba llena de contradicciones. A ella le gustaban las películas de amor y al
él las de superhéroes. Ella amaba el helado de chocolate mientras que él
prefería el de fresa. No tenían nada en común pero todo iba bien. Eran polos
opuestos que se atraían. Sus contradicciones les hacían únicos y por eso se
amaban.
Él era él y ella era ella. Se amaban
pero no tenían nada que ver.
Sarasvati
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